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Comentario a las lecturas del domingo

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Domingo 1º de Adviento - Ciclo A 1 de diciembre de 2019

Celebramos el primer domingo de Adviento, tiempo que prepara la Navidad, una de las épocas más hermosas del año y que recuerdo con cariño desde mi niñez. El profeta nos pone en la tónica de la venida del Mesías: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, la palabra del Señor de Jerusalén» (ver Isaías 2, 1-5). Pero ¿qué es el Adviento a la luz de la palabra de hoy? Es el tiempo oportuno para estar en vela porque no sabemos ni el día ni la hora de la manifestación total de nuestro Señor Jesucristo (ver san Mateo 24, 37-44), para retomar las sendas del Señor, caminar guiados por la luz de su Palabra, volver a la alegría y la paz que viene del Salvador (ver Sal 121, 1-2), abrazando la fe y andando con dignidad, como en pleno día, «nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria y desenfreno, nada de riñas y envidias» (ver Romanos 13, 11-14).

Estar en vela implica tener los oídos atentos a la voz de Dios, estar preparados,tener los ojos abiertos y cuidar con responsabilidad, en actitud de servicio, prestando atención al futuro y sin tratar de evadirse del presente (…), discernir los signos de los tiempos para reconocer la presencia de Dios y de su reino en los acontecimientos y actuar en consecuencia, citando a un recordado teólogo español.

Atendiendo la voz del Espíritu, el Señor Arzobispo ha decidido trasladarme a la parroquia san Luis Gonzaga y su colegio parroquial, ubicada en el barrio el Quiroga, donde acudiré en alegre obediencia y con la expectativa de conocer una nueva familia y asumir nuevos retos.

Me voy con la satisfacción del trabajo realizado, hondamente agradecido con la familia parroquial y la comunidad educativa de san Juan Bautista de La Salle que, con su alegría, testimonio, generosidad, servicio a la casa de Dios, oración y fraternidad, enriquecieron mi sacerdocio y fortalecieron mi amor por Cristo y por la Iglesia, sobre todo, en los momentos difíciles que debí sortear. Gracias a lo que he aprendido y he vivido con ustedes, sé que podré asumir competentemente este nuevo encargo pastoral, a pesar de mis falencias, debilidades y pecados. Definitivamente, Dios proveerá, nunca dejará de hacerlo, y muestra de ello es la llegada del padre Ramón Antonio Piñeros a esta bendecida familia. Desde ya los invito a todos ustedes ─fieles y lectores de esta hoja dominical─ a orar por su ministerio sacerdotal y brindarle la acogida fraterna que él se merece. Amén.

José A. Matamoros G. Pbro.

Párroco

 

PÍLDORA LITÚRGICA 16: ¿QUÉ ES EL ADVIENTO?

El Adviento es el tiempo de preparación para celebrar las fiestas de Navidad. Empieza cuatro domingos antes del día de Navidad (25 de diciembre). El inicio del tiempo de Adviento marca el inicio del nuevo año litúrgico. La palabra “adviento” viene del latín ad-venio que significa “venir, llegar”. Este tiempo de Adviento está dividido en dos partes: la primera desde el primer domingo hasta el día 16 de diciembre, donde se medita sobre la venida final del Señor al final de los tiempos; y la segunda, del 17 al 24 de diciembre, para meditar el nacimiento de Jesús y su irrupción en la historia del hombre con la celebración de Navidad.