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Comentario a las lecturas del domingo

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Domingo 28º del Tiempo Ordinario - Ciclo C13 de octubre de 2019

La decoración festiva, ubicada a la entrada del templo, evoca la alegría de abrir las puertas del corazón y de las casas del barrio al anuncio del evangelio, ayudados de las personas de las Pequeñas Comunidades y Ministerios, quienes dirán al final de esta misión extraordinaria católica convocada por el papa Francisco: «Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer».

Jesús quiere entrar en nuestras pequeñas aldeas a través de cada una de las acciones misioneras que hemos proyectado; Jesús quiere llegar al corazón de nuestras limitaciones humanas, entre ellas la enfermedad física como aquella padecida por diez leprosos (lepra: enfermedad contagiosa que destruye la piel y la carne, pudre el cuerpo, expele mal olor y excluye de la comunidad) quienes al verlo gritan: «Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».

Tenemos la necesidad de ser curados cuando hay enfermedad, pero también está la actitud de agradecimiento por las obras de Dios en nosotros: «…los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?» (Ver Lucas 17, 11-19). Aquel samaritano vio quién lo había sanado, comprendió lo que Dios hizo en su vida, y al verse con salud, no podía más que postrarse ante el Señor y darle gracias por su misericordia. Jesús le dijo:«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».Pero, ¿salvado de qué? Del pecado.

¿Qué nos enseña Jesús? 1) Que solo en la proporción que podamos percibir la acción misericordiosa de Dios sobre nosotros será nuestro sentido de agradecimiento a Él. 2) Que Él vino a sanarnos de la lepra del pecado ─aunque no tenga la obligación de hacerlo─ porque tiene misericordia y compasión por todos sin distinción alguna. 3) Que le adoremos y seamos agradecidos con todo nuestro ser por tantas bendiciones que nos da, pero también por los momentos de prueba que nos hacen madurar y crecer en santidad. 4) Que aprendamos ─como san Pablo─ a soportar todo por amor, aun cuando nos rechacen por anunciar el evangelio (ver 2 Timoteo 2, 8-13). No le pongamos cadenas al Evangelio (Kerigma) que va a ser anunciado de casa en casa durante esta semana, más bien recibamos al Señor con actitud de escucha porque Él permanece siempre fiel. Amén.

 

José A. Matamoros G. Pbro.

Párroco