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Comentario a las lecturas del Domingo

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Domingo 6º del Tiempo Ordinario - Ciclo A16 de febrero de 2020

 ¿Cómo seguir la “ley del SEÑOR” para vivir de mejor manera? Primero, debemos purificar todas nuestras intenciones tanto como nos sea posible. También hacer el firme propósito de aprovechar el día de la mejor manera para que nuestra intención de vivir bien sea de conformidad con los designios de Dios. De igual manera anticipar aquellas tareas, interacciones y sucesos que harán parte de nuestro día, y que representan oportunidades para servir a Dios. ¿A qué tipo de tentaciones se verán expuestos? ¿A la ira, al amor egoísta o a otro tipo de caprichos? Prepárense cuidadosamente para evitar, resistir, y vencer cualquier obstáculo que les impida vivir a Jesús verdaderamente.

Para que podamos seguir la ley del Señor, lo primero que deben hacer es un propósito sagrado de crecer en el amor que Jesús nos enseñó. Con el fin de prepararse para poner en práctica ese propósito, pídanle a nuestro Salvador que los ayude a utilizar los medios a su disposición para crecer en el amor sagrado y para poder servirlo de la mejor manera posible. Admitan que ustedes solos no pueden llevar a cabo la decisión de alejarse del mal y de hacer el bien tal y como Dios desea que lo hagan. Tomen sus corazones en sus manos y ofrézcanselos a nuestro Salvador junto con todas sus buenas intenciones. Pídanle que se encargue de proteger y de fortalecer sus corazones para que así ustedes puedan avanzar en Su amor verdadero.

Para que podamos seguir la ley del Señor debemos aprender a orar. Debemos recibir los sacramentos con frecuencia. A medida que se dedican a realizar las tareas propias de sus vocaciones, nunca olviden poner en práctica la humildad, la gentileza, la paciencia y la sencillez; virtudes que crecen como flores al pie de la Cruz.

En la medida en que nos dedicamos al cuidado de nuestras familias con la debida diligencia, siembren en esas almas el amor por Dios infundiendo inspiraciones positivas en sus corazones. Las grandes oportunidades para servir a Dios pocas veces se presentan, pero las pequeñas oportunidades para hacerlo abundan. Al tiempo que cada uno cumplimos con las responsabilidades glorificamos a Dios a Dios, en todas las actividades, incluso el comer, beber, el dormir o el divertirse, serán llevadas a cabo en el nombre de Dios quien, a través de Jesucristo, nos conduce a la verdadera plenitud (Ver https://www.oblates.org/new-blog/sexto-domingo-en-el-tiempo-ordinario-16-de-febrero-de-2020-1).

Caminando en la voluntad de Dios (Ver http://devociontotaladios.blogspot.com/2013/08/caminando-en-la-voluntad-de-dios.html)

Dios tiene un plan específico para su vida y Su deseo más grande es que usted opere en ese plan diariamente.  Pablo nos dice que hagamos lo siguiente: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.  Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.”  (Ef. 5:15-17)

Esto es así para que disfrutemos las bendiciones de Dios y evitemos los peligros que vienen por la desobediencia.

Demasiados cristianos hoy presumen conocer la voluntad de Dios para sus vidas.  He oído a gente decir que ellos son llamados al ministerio, y luego luchan con las finanzas, el matrimonio y con la gente a la que ellos sirven hasta que se cansan de hacer el bien.

Tenemos que caminar con diligencia, o “con prudencia, con cuidado y precaución.  En otras palabras, deberíamos ser precavidos de las cosas que hacemos y de las decisiones que tomamos.

Ahora, comprender significa “entender, captar, que nos sea familiar”.  Comprender la voluntad del Señor es poner todas las piezas unidas o encontrar el sentido de ella.  La única manera de hacer eso es desarrollando una relación con el Padre.  Y no es algo que lo aprendamos de repente, de la A a la Z.  Es verdaderamente un constante despliegue de revelación.

La llave para recibir esta bendición se la encuentra en simples actos de obediencia.  Es como un rompecabezas; una vez completado, las piezas crean un cuadro entero que no podía ser discernido cuando estaban separadas.  Cuando operamos en obediencia, comenzamos a ver más claramente la perfecta voluntad de Dios para nuestras vidas.

También puede acceder a: Reflexiones sobre el Evangelio de Mateo 5, 17-37 (6º Domingo del Tiempo Ordinario del Ciclo A – 16 de febrero de 2020)