Pasar al contenido principal

Comentario a las lecturas del domingo

https://arquimedia.s3.amazonaws.com/104/ciclo-c/tpc42019jpg.jpg

Domingo 4º de Pascua - Ciclo C12 de mayo de 2019

En el itinerario de la experiencia pascual, la Iglesia nos propone la celebración del Buen Pastor. Con tal fin, acude al pasaje de san Juan (10, 27-30) que forma parte de la respuesta dada por Jesús a los judíos, cuando éstos lo confrontaron para que les dijera si él era o no el Mesías. Dicho relato anticipa el acontecimiento pascual, donde el nuevo rebaño de Jesús se constituyó perfectamente tras su muerte y resurrección. A partir de la Pascua se instauraron nuevas relaciones de mutuo conocimiento y comunión entre el Pastor y sus ovejas. Los que han creído pertenecen a Jesús y son herederos de la vida que él obtuvo para los suyos en la cruz. El Resucitado es el Buen Pastor que va delante de ellos y los guía; ellos se muestran dóciles a su voz y le siguen.

Somos de Dios Padre, y Él y Jesús, son uno. Esta hermosa verdad bíblica debe movernos a asumir en la vida el pastoreo del Señor, a través de actitudes como: 1. Ser fieles a la gracia que hemos recibido de Dios; 2. Escuchar la Palabra de Dios, predicarla y ponerla por obra, así muchos sientan envidia o nos insulten; 3. Asumir las consecuencias de creer en el Señor (rechazo, burla, persecución, dolor), lavar y blanquear nuestras vestiduras en la sangre del Cordero; 4. Vivir y practicar la misericordia, de modo que sea evidente nuestra condición cristiana por la alegría y la acción del Espíritu Santo (ver Hechos 13,14 ss.).

Para reflexionar: ¿se nos nota que seguimos al Buen Pastor y que como Él confirmamos en la fe a nuestros hermanos? Recordemos la visión de Juan: «(…) porque el Cordero que está en el trono los apacentará y los guiará a fuentes de agua viva. Y Dios secará las lágrimas de sus ojos.» (ver Apocalipsis 7, 9 ss.), y oremos unos por otros y por los sacerdotes que han sido llamados a apacentar el rebaño del Señor, para que todos permanezcamos fieles a la misión y al Espíritu que se nos ha dado. Amén.

José A. Matamoros G. Pbro.

Párroco