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Comentario a las lecturas del domingo

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25° Domingo  del Tiempo Ordinario - Ciclo B 23 de septiembre de 2018

A menudo luchamos con nuestro “yo interior conflictivo”, defendemos nuestra posición y buscamos culpables en los momentos de tensión o de estrés, producto de la imprudencia y falta de caridad. Se nos olvida perdonar, orar, disculpar y ver la solución a los conflictos desde la presencia de Dios. Los conflictos (conflictous) son normales en la vida humana porque siempre nos enfrentamos o chocamos con alguien, hasta por cosas pequeñas que, si no se solucionan a tiempo, se agrandan en más problemas.

¿Qué hacer ante los conflictos intrapersonales o interpersonales? Cada uno, a medida que madura, tiene su estilo para solucionarlos, todo depende de su ejemplo de crianza, educación, personalidad, manejo del carácter y espiritualidad. No caigamos en la tentación de la agresividad o la provocación, de ser esquivos o huir ante el conflicto ─hay gente que enciende el monte y sale corriendo─. Dios no quiere personas conflictivas sino capaces de solucionar sabiamente los problemas de la vida. Dios no quiere dictadores, murmuradores, buscadores de errores o de culpables. Dios no quiere personas hipócritas a la hora de poner la cara a un conflicto. Tengamos en cuenta las siguientes preguntas:

1. ¿De dónde nace tanto conflicto?De la envidia y la rivalidad, de los malos deseos. 2. ¿Qué genera un conflicto mal orientado? Envidia, pelea, lucha, muerte, placer en el sufrimiento del otro e impiedad, no paz (ver Sant 3,16-4,3). 3. ¿Qué sucede con un justo en medio de un conflicto? Él resulta incómodo para los otros, porque hace ver las faltas (a la ley de Dios) y es capaz de reprender con autoridad a la contraparte del conflicto; siempre será probado en su paciencia, resistencia y confianza en Dios (ver Sab. 2, 12ss). 

Jesús, gracias a su condición de Mesías, tuvo que enfrentar toda clase de conflictos y los solucionó todos desde la cruz, para dar el paso a la resurrección (ver Marcos 9,30-37). Sus mismos discípulos eran personas conflictivas, prevalecía en el corazón de ellos la rivalidad y el deseo de tomar el liderazgo, por eso discutían sobre quién era el más importante. Jesús, a medida que los instruía, les dejaba claro que todo conflicto humano se soluciona desde el servicio. ¡Qué manera distinta de ver los conflictos! Ser servidor de los demás, y hay algo más: defender a los más pequeños, como es el caso de los niños, quien los recibe a Jesús mismo recibe.  Los niños son ejemplo de la solución pronta de los conflictos. Nosotros ─desde los trece años─ nos volvemos expertos, pero en agrandarlos. Dios, danos paciencia a la hora de afrontar los conflictos, pero también danos la sabiduría para solucionarlos sabiamente. Amén.

José A. Matamoros G. Pbro.

Párroco

 

Píldoras litúrgicas (Comportamiento adecuado para participar en la Celebración Eucarística)

Conoceremos 12 reglas para aprovechar al máximo los grandes frutos espirituales que se reciben en la Misa:

7. Vestir con modestia: A los católicos se les invita a asistir vestidos adecuadamente ya que, si es algo que se suele hacer comúnmente para una fiesta o algún otro tipo de compromiso, no hay razón para no hacer lo mismo al asistir a Misa. (Tomado de:https://www.aciprensa.com/noticias/42196).

Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018)

Más vivos, más humanos 33. En la medida en que se santifica, cada cristiano se vuelve más fecundo para el mundo. Los Obispos de África occidental nos enseñaron: «Estamos siendo llamados, en el espíritu de la nueva evangelización, a ser evangelizados y a evangelizar a través del empoderamiento de todos los bautizados para que asumáis vuestros roles como sal de la tierra y luz del mundo donde quiera que os encontréis»[31].